Desde hace tiempo, colecciono arena de distintos lugares del mundo.
Es un hobby un tanto controvertido que me hace sentir un poco delincuente, la verdad. Más que nada porque recoger muestras de arena en ciertos lugares es ilegal. Por ejemplo, en Cerdeña, se considera un delito penado con multas bastante considerables. ¡Imposible hacerse con su famosa arena de color rosa!
En mi defensa debo decir que lo hago por la ciencia y por mi alumnado. Siempre recojo muy poca cantidad y nunca me llevo arena de lugares no permitidos o protegidos como parques naturales, playas sardas…
Si no comprendéis la causa de mi peligrosa obsesión por la arena es que… ¡Nunca habéis observado muestras de distintas arenas con la lupa binocular!
¿Preparados para descubrir los misterios que esconde la arena y como utilizarla en el laboratorio con vuestro alumnado?