Desmontando la OSTEOPOROSIS

Después de desmontar la caca…

¡Llega la hora de desmontar los huesos!

O mejor dicho, la osteoporosis.

Y así, de paso, desterrar la idea de que los huesos son poco más que estructuras minerales «sin vida» que sostienen nuestro cuerpo y en los que nunca pasa nada.

Solo necesitaremos unas cuantas bolsas con autocierre, una caja de cereales, una calculadora y… ¡algo de paciencia!

Esta forma tan gráfica de explicar la osteoporosis os va a venir genial en Anatomía Aplicada de 1ºBAC pero también se puede utilizar en 3º ESO, siempre dependiendo del tiempo disponible (que suele ser MUY poco).

1. MATERIAL NECESARIO

• bolsas de plástico autocierre de tamaño pequeño (cuanto más grandes sean, más cereales necesitaréis). Un tamaño de unos 8×12 cm o cómo máximo 10X15 cm es lo más adecuado.
• Una caja de cereales de desayuno que tengan forma esférica. Yo suelo comprar los más baratos del Mercadona, esas bolitas que tienen miel.
• Una calculadora y una fotocopia con la práctica.

Aquí tenéis la práctica lista para descargar:

2. ¿en qué consiste la práctica?

Es necesario dividir la clase en 6 grupos, a los que se les entregará una bolsita y unos poco cereales. Cada bolsa representará un hueso de un  paciente X y dependiendo de cuántos cereales se introduzcan en su interior, tendrá una mayor o menor densidad ósea.

En los primeros 5-10 minutos se explicará un poco la composición de los huesos, la importancia del calcio y de la vitamina D así como la relación de la densidad ósea con la osteoporosis. Podéis hablar también de como el hueso es una estructura dinámica, y que mientras los pobres osteoblastos van sintetizando matriz ósea, los osteoclastos se divierten degradándola.

Mientras tanto, uno de los grupos deberá rellenar su bolsita con todos los cereales que pueda introducir, contando el nº de bolitas que va metiendo. La bolsa debe estar completamente llena, es decir, debe poder cerrarse pero no tener espacio para ni una sola bolita de cereal más. Esta bolsa será la que consideraremos el 100% y a partir de ahí se realizarán los cálculos para los otros grupos.

Tal y como se indica en el guión, los otros 5 grupos restantes deberán hacer los cálculos y  rellenar sus respectivas bolsas al 90%, 80%, 65%, 50% y 30% teniendo en cuenta el nº de bolitas que han contado sus compañeros.

Por tanto, tendremos 6 pacientes en el total de la clase, cada uno con una densidad ósea. Posteriormente deberán adivinar a qué tipo de paciente correspondería cada hueso y cuál sería su riesgo de sufrir fracturas.

Pero todo a su debido tiempo.

Una vez tengan las bolsas llenas y cerradas, vamos a someter a los huesos a un impacto similar al de un resbalón y una caída en la ducha (o a un tortazo en las escaleras, la historieta os la inventáis vosotros).

Para que los resultados sean comparables, todos los grupos dejarán caer 3 veces el mismo libro desde la misma altura encima de su bolsa de cereales. Recomiendo que el libro sea bastante grueso y que sea uno que no os estiméis mucho, por si las moscas.

Llevo haciendo esta práctica durante 3 cursos y nunca me ha reventado ninguna bolsa pero recomiendo poner un papel de filtro o un periódico abajo para no ensuciar demasiado, especialmente si decidís realizar la práctica en clase y no acudir ese día al laboratorio.

Tras los 3 impactos, cada grupo contará cuántas bolitas de cereal están intactas y se lo comunicará al resto de la clase. Es imprescindible que todos los grupos sigan el mismo criterio para considerar las bolitas intactas. Os recomiendo que no las consideren intactas si conservan más de 90-95% de su cuerpo.

¡Algunos huesos acaban destrozados mientras que otros resisten como unos campeones! Y es que no es lo mismo el hueso de un jovenzuelo muy deportista que  el de una mujer tras la menopausia o, pero aún,  el de una ancianita de 90 años con problemas de osteoporosis…

Por último, se realizarán los porcentajes de bolitas intactas en cada paciente y se analizarán los resultados, razonando qué hueso pertenece a cada paciente que se detalla en la hoja y relacionando los resultados con la osteoporosis y sus factores de riesgo.

Una práctica muy educativa, sí señor, usando bolsas de plástico, lanzando libros e hinchándose a comer cereales…. Les encantará.

3. algunas prácticas complementarias

Si los cereales contienen suplemento de hierro, podéis aprovechar la coyuntura y triturar los cereales, mezclándolos con agua hasta que se forme una masa similar a una papilla de bebé.  Luego, con la ayuda de un imán de neodimio, podéis intentar extraer, a través del plástico, el hierro de los cereales, tal y como se explica en el siguiente video de YouTube:

No obstante, he de decir que yo llevo más de 3 intentos y nunca he visto ni hilillos de hierro ni nada que se le parezca. No sé si será por el tipo de cereales, porque no hay suficiente tiempo (ni paciencia) o porque no he usado nunca la minipimer, pero todavía no lo he conseguido. Igual me faltó un poco de Fe.

Por otro lado, existen otras prácticas sobre la estructura ósea bastante interesantes con las que podéis complementar esta práctica.

Por ejemplo, ya os comenté todo lo que se puede aprender con un simple muslo de pollo aquí. Además, seguro que habréis oido hablar de la sorprendente transformación que sufren los huesos de pollo en vinagre, experiencia bastante vistosa pero que desprende unos aromas difíciles de soportar por mucho tiempo. ¡Agggh!

Para terminar, me gustaría citar la actividad «Huesos vivos, Huesos fuertes» propuesta antiguamente en la web de la  NASA, en la que además de estudiar cómo se ve afectado el sistema óseo y muscular de los astronautas que viven en la ISS, se realizan modelos de huesos con cartulinas y se estudia cuánto peso pueden soportar. No la he probado pero está en mi wish list. Muy chula.