Aprovechando que estoy dando genética mendeliana en 4ºESO.
Y que hace siglos que no escribo una entrada…
Os dejo una actividad bastante divertida sobre caracteres dominantes y recesivos. Además, aborda caracteres para humanos porque… ¡Basta ya de darle vueltas a cómo van a salir los dichosos guisantes!
En principio, no ocupará más de una sesión o como mucho una y media. Se trata de contabilizar el porcentaje del alumnado que presenta un determinado carácter y razonar, entre todos, si se trata de una carácter dominante o recesivo. Es una forma genial de desvincular el término «dominante» de lo común que pueda ser el carácter en una determinada zona. Además, se pueden desterrar muchos mitos que todavía siguen apareciendo en la mayoría de libros de texto.
Para realizar la actividad, solo necesitareis la presentación que he subido al Slideshare y, si queréis hacer la prueba del sabor del PTC, las tiras reactivas, de venta en Amazon, 100 por unos 7,50€ aquí, o 500 por unos 15€ aquí. Además, el truco del almendruco es cortar las tiras por la mitad, así que por el mismo precio tienes 1000 tiras. ¡Hay que ahorrar de todas las formas posibles!
Es una buena inversión, porque les súper encanta probar las tiras y averiguar si son «supertasters» o no. En este video, subtitulado también en español, se explica que es el PTC (feniltiocarbamida) y cómo los genes influyen en los sabores que percibimos:
Por cierto, tengo que probar el experimento para comparar la cantidad de papilas gustativas con colorante alimentario azul… ¡Ya os contaré!
Si no hay dinerito, se puede hacer la actividad igual y, en vez de analizar si les sabe amargo el PTC, preguntarles si odian el cilantro. Desde luego, yo no tengo la variante del gen OR6A2 que parece provocar que el cilantro tenga sabor a jabón porque a mí… ¡Me vuelve loca!
Este otro video en el que Neil deGrasse Tyson habla sobre el brócoli está muy chulo, pero solo lo he encontrado en inglés (aunque se pueden poner los subtítulos automáticos en inglés):
En fin, sin más preámbulos, aquí tenéis la presentación. Las imágenes tan chulas son de Studio Devanna y tienen copyright. Just saying!
Sí, soy consciente de que podría haber escogido otro gen en vez del de la hipercolesterolemia familiar, puesto que aunque el gen responsable de la enfermedad es dominante, los individuos heterocigóticos padecen una forma más benigna del trastorno que los homocigóticos dominantes. La cosa es que empecé con el cromosoma 19 y una cosa llevó a la otra…
Podéis imprimir la tabla, o ponerla en la pizarra e ir contando, si levantan la mano, el número de alumnos que poseen un carácter u otro. Se lo pasarán genial discutiendo si tienen un carácter bien definido o no. Además, descubrirán que a veces el alelo dominante no es el que a priori pensaban. Da mucho juego, os lo aseguro.
Para que todos los caracteres estudiados no fueran dominantes, me he tomado la libertad de utilizar el carácter recesivo en algunos ejemplos.
En la última tabla están las respuestas, todas contrastadas.
La verdad es que prácticamente todos los casos son mitos y, en realidad, no siguen una herencia mendeliana perfecta, tal y como se explica en la página Learn Genetics de la Universidad de Utah o en la fantástica página del profesor John H. McDonald de la Universidad de Delaware. Normalmente, en la aparición del carácter influye más de un gen y, por tanto, no se pueden establecer 2 categorías claras, sino que hay una gama de grises bastante amplia. Otras veces las evidencias apuntan a que, a pesar de presentar uno u otro genotipo, es el ambiente el que juega un papel crucial en la expresión fenotípica de cada carácter.
Así que tranquilidad, si ninguno de vuestros padres pueden enrollar la lengua y vosotros sí… No, no significa que seáis adoptados.
Irónicamente, los 2 ejemplos que cumplen al dedillo las leyes de Mendel son los más desconocidos. Y aunque parezca que no tengan nada que ver, están ligados a un mismo y único gen.
El olor a sobaco y la consistencia de la cera de los oídos. ¡Toma ya!
Tanto la presencia de cera húmeda y con tonos cálidos como la elevada sudoración y consiguiente mal olor de las axilas se deben a una variante del gen ABCC11 , dominante, y desgraciadamente mucho más común en la población europea que la variante recesiva del gen. No obstante, existe un gran número de homocigóticos recesivos entre la población asiática que, por suerte para ellos, aunque tengan la cera de los oídos seca, escamosa y grisácea, no necesitan desodorante…
Interesante, ¿verdad?
Pues con esto me despido hasta el próximo post…
Genial, mañana mismo lo pruebo, ya te comento cómo la han recibido por mis alumnos de 4 🙂
Gracias por tu trabajo y generosidad
¡Espero que les haya gustado!